Cuidar nuestro reloj es la mejor manera de protegerlo, para que con el paso del tiempo, siga funcionando correctamente y estéticamente agradable. Pero, ¿cuáles son los trucos que hay que tener en cuenta? ¿Qué comportamientos permiten que nuestros relojes tengan una larga vida y qué acciones, en cambio, son perjudiciales?. Descúbralo en este artículo de Relojes la Hora.
Cómo cuidar tu reloj en 6 pasos
1. Evite los campos magnéticos
En nuestro día a día estamos rodeados de campos magnéticos, cuya intensidad puede variar en función del entorno. Los campos magnéticos intensos pueden afectar al movimiento del reloj, ralentizándolo incluso varios segundos.
2. Protéjalo de choques y golpes
Se piensa erróneamente que los relojes deportivos son ultrarresistentes y pueden soportar cualquier tensión. Sin embargo, la verdad es que incluso el movimiento más robusto está compuesto de microcomponentes de mucho menos de un milímetro de grosor.
Por lo tanto, es necesario evitar los impactos como golpes y caídas accidentales.
3. Tenga cuidado con las temperaturas
A pesar de los increíbles avances en materiales y tecnología, la dilatación de los metales y la correcta lubricación de los componentes afectan en gran medida al funcionamiento de la mecánica. Cuidar los relojes también significa evitar exponerlos a condiciones extremas, como altas temperaturas superiores a 60 °C o inferiores a 0 °C.
4. Báñese en el mar, qué hacer y qué no hacer
Otro concepto erróneo es que los relojes impermeables pueden soportar cualquier tipo de esfuerzo en el agua. La resistencia al agua está garantizada por un sistema de juntas y es efectiva en condiciones óptimas. La presión a la que se somete un reloj durante un salto de un trampolín, por ejemplo, es mucho mayor que durante una inmersión normal. Por lo tanto, está prohibido saltar con el reloj en la muñeca.
Además, la impermeabilidad de un reloj no puede garantizarse indefinidamente, ya que el envejecimiento de las juntas o los golpes accidentales en componentes como la corona, los pulsadores o el cristal pueden afectarla directamente. Si tenemos previsto utilizar nuestro reloj en el mar, es aconsejable que comprobemos antes su impermeabilidad. En el caso de los relojes de cuarzo, conviene realizarlo durante el cambio de pila, es decir, cada dos años aproximadamente.
Para evitar que el agua penetre en el mecanismo, es necesario asegurarse siempre que la corona atornillada esté bien enroscada y, en el caso de los relojes cronógrafo, es preferible no accionar nunca los botones del cronógrafo bajo el agua. Después de cada baño en el mar, es aconsejable enjuagar siempre el reloj con agua corriente tibia.
5. Dele cuerda
Para cuidar nuestro reloj, conviene mantenerlo en buen estado y darle cuerda, aunque no tengamos la ocasión de llevarlo puesto. Pero, ¿cómo hacerlo? Este problema se plantea para quienes tienen más de un reloj automático o para quienes los coleccionan.
Si no hemos llevado puesto el reloj durante varios días, o si el movimiento de nuestra muñeca no es suficiente para darle cuerda automáticamente y la reserva está casi agotada, se recomienda dar cuerda al reloj manualmente dando entre 15 y 20 vueltas completas a la corona en el sentido de las agujas del reloj.
6. Revise regularmente tu reloj
¿Por qué revisar regularmente nuestro reloj? Sencillo: porque el movimiento interno lo exige y lo merece. Los relojes están siempre en marcha, a veces de forma ininterrumpida durante años, y nunca se detienen. Las variaciones en la viscosidad del aceite, por ejemplo, pueden crear fricción debido al polvo metálico generado por sus componentes. Con el tiempo, este aceite espesado puede incidir en la precisión del movimiento, provocando paradas, retrasos o avances.